lunes, 26 de julio de 2010

Descubierta en mi fiesta privada

Esa noche era la fiesta del aniversario de bodas de mis padres.
Yo me había encargado de invitar a todo el mundo: a mi familia, a sus amigos, a los míos. No faltaba nada, y el licor mucho menos. Al pasar las horas ya me encontraba con unos tragos de más y no se me ocurrió mejor idea que decirle a mi novio que me acompañara al cuarto de servicio a “buscar” unas cosas. A él le pareció raro, pero para evitar que yo hiciera un escándalo –estaba bastante tomada- me acompañó sin decir nada.


Entramos al cuarto y lo pegué contra la pared, lo empecé a besar y a quitarle la ropa. Mi novio nunca me había visto así, estaba impresionado, pero no dejó pasar la oportunidad. No paraba de hacer cosas, quería probar de todo, quería demostrarle a mi novio que estaba con una tipa “experimentada”. Estaba muy excitada, me ponía en la cama, luego en el piso, en el baño, quería hacerlo en cualquier lado. Al igual que yo, también él quería demostrarme que tenía “experiencia”.
En una de esas, no pude evitar empezar a gemir con fuerza, aumentaba cada vez más el volumen, mi novio me tapaba la boca, yo lo mordía, gritaba más y más —se me había olvidado por completo que estaba en mi casa—. De repente, no escuchamos ruido fuera del cuarto, no le prestemos atención, seguimos en lo nuestro hasta que alguien abrió la puerta. En ese momento yo me escondí, me metí debajo de la cama. No lo podía creer: ¡Mi mamá nos había encontrado!
Yo me quería morir de la vergüenza. Mi mamá me agarró por un brazo, recogió mi ropa y me llevó a mi cuarto. Mientras tanto mi papá se encargó de mi novio, lo botó de la casa, no dejó que se terminara de vestir; estaba sin pantalones en el pasillo y gracias a mis amigos el pobre llegó vestido a su casa.
Eso fue hace 2 años y, hasta el momento, cada vez que pueden sacan el tema de ese día ¡Gente pasen la página!

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